Cerdaña.com

Pueblos pintorescos de La Cerdaña

La Cerdaña está llena de pueblos pintorescos que no te puedes perder:

Llivia

LLívia és la capital natural de la Cerdaña desde la más remota antigüedad, medio asentada en la montaña y extendiéndose hacia el valle.

Llívia es documentalmente la agrupación humana más antigua de la Cerdanya. La primera ocupación del territorio corresponde al fin de la edad del bronce, localizada tanto en lo alto del castillo como en rampeo. La población indígena recibió las influencias del mundo ibérico y poco tiempo después, hacia el último cuarto del siglo y a. C., la colonización romana. Se ha especulado con que la población llamada Brachile, capital de los karretanos, ceretanos o ceretas, podía haber sido la Llívia prerromana.

Como consecuencia de la II Guerra Púnica, el área de la Cerdaña quedó bajo dominación romana hacia el 200 aC. y Llivia fue la población elegida por los romanos, que la denominaron “Julia Lybica“, para convertirla en una ciudad amurallada. Con lo que se convirtió en la capital de la Cerdaña durante muchos siglos.

El núcleo actual tiene su origen en la carta de población otorgada por el rey Jaime I (1257), que a pesar de la pérdida de la capitalidad posee un dominio sobre gran parte de la Cerdanya. Bernat de So (1319) compra la castellanía por 35000 sueldos y en 1447, la reina María toma la villa bajo su protección, calificándola de “llave y baluarte“ de la Cerdaña.
A raíz del Tratado de LLívia (firmado el 12 de noviembre de 1660, entre Miquel de Salbà y de Vallgornera, representante de Felipe IV, y el obispo de Orenja, en representación de Luis XIV) como consecuencia de la paz de los pirineos, LLívia, con calificación de “villa“ no fue incluida en la relación de los 33 pueblos cedidos a Francia, quedando como un enclave español dentro de Francia (a condición de que nunca se fortificara) con el privilegio de permanecer unida a España por una carretera neutral.

LLívia conserva la farmacia más antigua de Europa, que está documentada desde el año 1594. A principios del siglo XVIII se hizo cargo de ella la familia Esteva, saga que durante siete generaciones la mantuvo hasta que en 1926 el último farmacéutico de la família la cerró.
En 1965, la Diputación de Girona adquirió la farmacia y la convirtuió en un museo que no puedes dejar de visitar.

En la parte más alta del cerro de la villa se alzaba el antiguo castillo. Este punto se conoce como el “Puig del Castell“.
En una de las frecuentes incursiones de los franceses, Damiá de Descatllar, en el año 1479 resistió el asedio de las fuerzas enemigas durante 14 meses.
Ocupada la villa por los franceses, arrasaron el castillo que no se reconstruyó.
La torre Bernat de So es uno de los pocos vestigios que se conservan de aquella época, fue utilizada como prisión, y hoy es un museo permanente.

En la actualidad, Llívia es un importante centro turístico con modernas edificaciones e importante capacidad de alojamiento, uniendo a esto un lugar privilegiado para realizar excursiones de montaña, con un programa cultural extensísimo y con muchas estaciones de esquí cercanas, hacen de Llivia un lugar perfecto para pasar unos días.

Villefranche-de-Conflent

La villa medieval de Villefranche-de-Conflent figura en la lista de los pueblos más bellos de Francia.

Fundado a finales del siglo XI por un conde de Cerdaña, para proteger los valles de las invasiones, fue reforzado por Vauban en el siglo XVII, después del tratado de los Pirineos de 1659, para garantizar su defensa y la del Conflent.

Declarada patrimonio mundial de la UNESCO bajo la denominación de las fortificaciones de Vauban, el pueblo fortificado de Villefranche-de-Conflent está emplazado en la confluencia del Têt, el Cady y el Rotja, al pie del macizo del Canigó.

A parte de un paseo por las murallas, cabe destacar la pintoresca calle de San Juan, con fachadas de casas inscritas en el inventario de Monumentos Históricos; el puente de San Pedro sobre el Têt; la torre-campanario del Ayuntamiento; la iglesia de Santiago con su bella portada esculpida en mármol rosa del siglo XII...
La población está repleta de galerías de arte, tiendas de recuerdos y puestos de artesanía local que completan el recorrido para mayor disfrute de los aficionados a las compras.

Se puede llegar a Villefranche-de-Conflent en el tren amarillo, que es una experiencia en si mismo.

Bellver de Cerdanya

En Bellver de Cerdanya merece especial atención su núcleo antiguo, su plaza mayor, la Iglesia de Sant Jaume i Santa María, la plaza del Portal donde podemos ver la torres de la Pesó o la Casa Consistorial.